El paquete de nuestra Yerba Mate Pura está hecho a mano alzada por nuestra diseñadora Analía Alonso. Fueron meses y meses de pensar, imaginar, crear. Queremos compartirle una historia, fuente de inspiración de nuestro nuevo packaging.
Cuenta una antigua leyenda que la tierra y el cielo eran dos espejos y se miraban a los ojos.
Embelezados con su belleza infinita y de esa inmensa comunión; donde la tierra madre aportaba la sabiduría de la naturaleza, la sabia de las plantas y el cielo padre ancestral y eterno acercaba lo inmenso de su espíritu poderoso, se forjó un amor sin límites.
De estos padres infinitos, inconmensurables nació un hijo llamado amor.
Amor, sabía que todo le pertenecía y que nadie podría escapar a su encanto, por más malvado que fuera. Entonces buscó anidar tanto en la tierra de su madre, como en el cielo de su padre. Y allí donde encontraba lugar propicio, florecía. Su capacidad de dar era tan inmensa que dio millones de brotes y hojas verdes y millones de luces y almas relucientes.
Amor, satisfecho con su tarea, fue a dormir la siesta a la orilla de un estero y cuando despertó, vio con satisfacción su tarea. Entonces pensó que debía recordarle a la naturaleza de las hojas y a todas las almas su condición de felicidad.
Tomó hojas de sus brotes, una calabaza de un huerto y pensó, si comparten cada día un sorbo de mi sabia, sabrán que los estoy cuidando.
Cortó la calabaza pequeña y dos pases mágicos la llenó de hojas secas del otoño anterior, trajo agua de las termas de su madre y la vertió sobre las hojarasca. Luego, comprobó con sorbo que sabía muy bien agradecido a su padre se dijo: «este elixir abrazará almas solitarias, propiciará la amistad, unirá familias, curará tristezas, aclarará pensamientos, despertará las ideas, promoverá las raíces, renovará energías y les recordará que yo siempre estoy en la ronda junto a ellos”.